Microrrelato. Él no podía afirmar con claridad de día que ella le hubiese sido infiel jamás. Mas a juzgar por las lenguas de vecindonas y antes de ver mancillado del todo su honor, decidió dejarla para siempre.
-Adiós muy buenas, señora- le espetó-. Y si
te embisto no me acuerdo.
1 comentario:
Si no fuese por las vecinas... cuanto toro feliz habría (proverbio del patio)
Pd.- pasate por el blog de clandestinos y echa un vistazo al ejemplar nº1 que sacamos en papel
http://clandestinosrevista.blogspot.com/2009/06/clandestinos-n1.html
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