miércoles, 17 de febrero de 2010

comas suspensivas #3


Microrrelato. Él no podía afirmar con claridad de día que ella le hubiese sido infiel jamás. Mas a juzgar por las lenguas de vecindonas y antes de ver mancillado del todo su honor, decidió dejarla para siempre.

-Adiós muy buenas, señora- le espetó-. Y si te embisto no me acuerdo.

1 comentario:

Mj (Oscuridad) dijo...

Si no fuese por las vecinas... cuanto toro feliz habría (proverbio del patio)

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