El hombre se rasca una
pústula con vehemencia mientras observa al grupo caminar
ordenadamente hacia el barco. Sabe que es bueno. Muy bueno. Eso aleja
a este último grupo de “curiosos” de sus tierras. Pero sabe que
hay dos cosas malas en todo esto. Muy malas, según su visión del
mundo. El barco irá, cómo no, a la zona de demonios. Tanto él como
su gente sabe, porque llevan mucho tiempo observando, que cuando los
“curiosos” y los “demonios” comienzan a colaborar, las filas
de estos últimos crecen. Y eso es malo para su gente. Y eso es malo
para La Isla, lo que es aún peor.