viernes, 26 de octubre de 2012

el espectáculo está a punto de comenzar


Redoble de tambores. El público expectante. El maestro de ceremonias pide que se levante el telón. El payaso guasón embadurna de tarta la cara del payaso triste para romper la tensión. Los focos dan a luz a una figura sobre la pista. Una señora se desmaya. Y todos ellos, el maestro, los payasos, los trapecistas polacos, el tragador de sables y el lanzador de cuchillos, la mujer barbuda y toda la maldita orquesta son la misma persona. Sobre las tablas un hombre, solo con sus CIRCUStancias. El respetable clava sus ojos en él y, tal que el proverbial abismo de Nietzsche, él les devuelve la mirada. Hace sonar una cuerda, tan solo un bordón de escalofrío, solo un acorde que explota en sus manos… y la magia, por un instante, existe. Partícipes mudos del milagro vemos aparecer ante nuestros ojos toda una serie de imágenes, un tren de