viernes, 23 de agosto de 2013

¿a qué coño huelen las nubes?

Hace unos días, en el muro de Facebook de una buena amiga, se debatía sobre el porqué de los anuncios de compresas y tampones, la finalidad última inherente a ellos de tratar a las mujeres como idiotas y los tabúes sociales y los estigmas que acarrea la menstruación a la mujer de hoy. Como puede imaginar el lector, en principio no es un tema del que el abajo firmante suela hablar pero, válgame el cielo, se me instó a hacerlo. Supongo que fue pensando que me centraría en ridiculizar los mencionados spots o, quizá, por mi conocida tendencia a enrollarme más que las persianas. Y así lo hice. Ambas cosas: opinar y enrollarme de lo lindo. Tanto es así que mi respuesta a aquél estado de Facebook (dividida en seis grandes comentarios) es, con algunos retoques, el artículo que les presento hoy aquí. Artículo que, claro está, como es costumbre, es bastante largo. Así que para aquellos que no quieren pasarse un buen rato leyéndolo pero aún así quieren criticarme (o para aquellos a los que les pirran mis resúmenes irónicos, que de todo hay), que pinchen...  

Resumen: La regla es un coñazo.
Los que aún seguís aquí, podéis pinchar justo aquí...
Gracias.

Antes de empezar me gustaría aclarar una cosa por el simple y cobarde hecho de cubrirme las espaldas: yo no soy mujer. Lo digo porque voy a tratar un tema y voy a expresar una serie de opiniones con contundencia y vehemencia (como suelo expresar mis opiniones) sobre un tema que no conozco en primera persona. Antes de que me acusen de mansplaining, o de estar hablando de algo de lo que no tengo ni pajolera idea, repetiré algo que acabo de decir: lo que manifiesto a continuación es, exclusivamente, mi opinión. Está sujeta a debate, es discutible y, sobre todo, no pretendo sentar cátedra con ella. Simplemente tengo una opinión sobre este asunto (y sobre casi todos los asuntos) y me ha parecido interesante ponerla por escrito. Ahora sí, entremos en tomate. 

Lo primero que habría que decir del tema es que el mundo en que vivimos no está hecho para mujeres. Es un mundo de hombres, como ya decía James Brown. En este mundo, gracias a años de machismo directo, indirecto o, podríamos llamarlo así, machismo por omisión, por costumbre, por rutina... nos hemos hecho a la idea de que existe una dicotomía eterna que abarca todos los campos y terrenos de nuestra vida. Esta dicotomía es bastante sencilla de entender: están por un lado LAS COSAS y por el otro LAS COSAS PARA MUJERES. Lo que quiero decir con esto es que, de una manera solapada, no digo yo que siempre consciente, el machismo, la falocracia o como quieran llamarlo propios y extraños, ha conseguido instalar en nuestro día a día, en nuestro lenguaje, como un virus de fondo que lo contamina todo pero del que apenas somos conscientes, una serie de conceptos duales que no deberían serlo. Pongo ejemplos de esto de COSAS y COSAS PARA MUJERES, para que todos me sigan: 

-Existe el PORNO. Y existe el PORNO PARA MUJERES. Alguien leerá esto y dirá “¿y eso qué tiene de malo? El porno para mujeres está rodado desde el punto de vista de la mujer, al contrario del porno normal que está rodado desde…”. Ey, espere un momento. ¡STOP! ¿Ha dicho porno normal? ¿El porno para mujeres es anormal? ¿Es extraño? ¿Por qué el porno para hombres se llama simplemente PORNO mientras que el que está destinado a mujeres debe ser específico? Muchos opinarán que esto es así porque el porno heterosexual para hombres es el más extendido, que los hombres heterosexuales forman el porcentaje más alto del público objetivo y que, por tanto, el resto de productos específicos llevan una coletilla, como, por ejemplo, el porno gay o el porno con enanos. 

-Existe la literatura y la literatura para mujeres, existen los puestos de trabajo y los puestos de trabajo para mujeres. 


Quienes me conocen me dirán que eso solamente es semántica y que es jugar con las palabras, algo que siempre he criticado. Ciertamente odio una parte importante del discurso "feminista" de los gobiernos por su empeño en rizar el rizo en el lenguaje que, a mi humilde entender, tiene como principal objetivo el entendimiento entre hablantes, por lo que lo ideal es no tener que andar pensando en qué palabra es correcta políticamente hablando, sino que habría que partir de la buena voluntad de ambas partes en sobreentender lo que se está diciendo sin dobles intenciones. Pero en este caso no se trata de eso. En este caso no es un asunto de lenguaje, sino una verdadera distinción en todos los niveles. 

En estos y en infinidad de ejemplos existe la COSA, normal, la buena, la grande, la que abarca el todo de esa expresión y, luego, en segundo lugar, la COSA PARA MUJERES, como si se tratara de algo más específico, como si en realidad fuesen dos cosas absolutamente distintas. Hay que decir que no todo el machismo tiene falo y que hay muchas mujeres que, de nuevo no necesariamente de modo consciente, perpetúan este universo bipolar y absurdo. Muchas de ellas, convencidas de verdad de que la única manera posible de luchar en igualdad en un mundo de hombres es dedicarse a la parcela tipificada como DE MUJERES, se dedican a, por ejemplo, la LITERATURA PARA MUJERES y, claro, al final sí que la convierten en algo distinto a la LITERATURA A SECAS. Porque se esfuerzan en demostrar que existe una diferencia abismal, se esfuerzan en demostrar en cada página que las diferencias pueden ser tan grandes como las que hay entre una novela escrita en inglés y otra en arameo, o un cuento infantil comparado con, yo que sé, un tratado de veterinaria. Las mujeres escriben así, dicen, y eso parece ser todo una lección contra el machista falócrata cuando, a decir verdad, representa todo lo contrario. 

Siguiendo con este ejemplo tenemos a las lucíasechebarrías de la vida. Mujeres que, de hecho, carecen por completo de calidad literaria y que en un mundo ideal no deberían haber publicado una mierda, porque lo que escriben no vale ni el papel en el que se imprime su obra. PERO… hacen literatura DE MUJERES, son mujeres comprometidas dentro y fuera de sus libros, que exhibirían sus sobacos orgullosas si eso les hiciera vender más libros. Y ahí está la trampa, el truco, lo que las hace deleznables: su "compromiso" solo es tal para vender más libros y porque, de no ser por él, de no ser por convencer a su público de que hace literatura de mujeres para mujeres, no vendería, quizá, ni un solo libro. Contribuyen a una separación inexistente. Contribuyen, de facto, en el machismo imperante en el mundo, que era de lo que estábamos hablando. Y, esto sí que me duele un poco más, dan a entender que la literatura para mujeres es algo distinto a la literatura a secas. Y eso no, no es cierto. 

Evidentemente sí que existe un tipo de literatura comprometida de verdad, escrita por mujeres (y hombres, a veces) en la que se trata de romper con los cánones machistas. Obras cuyas autoras o autores se esfuerzan en realizar sin menoscabo de género alguno, planteando un modo de expresión no sexista y pintando personajes reales despojados de cualquier atavismo discriminatorio. Así, hay personas que trabajan para que sus obras (no solo literatura, también cine o publicidad) sean dignas de ser consumidas. Obras que no son vendidas como a) de chicasss o b) de mujeres autosuficientes que fuman (con todos mis respetos a las mujeres autosuficientes que fuman, el personaje es un tópico luciaechebarriesco de lo más cutre). Obras que, por ejemplo, pasan el quizá sobrevalorado Test de Bechdel. 



Pero yo he venido a hablar de la regla, la menstruación, el tomate, “esa” semana, el estar mala, el estar con mi tío, el periodo, etc… he venido a hablar de un proceso natural e inevitable que provoca molestias y dolor (en mayor o menor medida) y que, gracias a este mundo dividido entre hombres y lo que no son hombres, también es algo que causa vergüenza, miedo, inseguridad y ostracismo. 

¿Qué tiene que ver la regla con el machismo? Per se, nada. Globalmente, la regla es la máxima expresión de la marca a fuego que el hombre falócrata ha dejado en el cuerpo de la mujer por los siglos de los siglos. Es la “”enfermedad”” que viajará contigo por siempre y que yo, en cambio, no tengo. Es un ALGO HABRÁS HECHO o un POR ALGÚN LADO TENÍA QUE SALIR EL VENENO que te han convencido, mujer, de que te mereces. 

El hombre no tiene la regla. El hombre, perdón, El Hombre, no pasa por ese periodo; no tiene el tomate. Y eso te convierte, mujer, en alguien DISTINTO. ¿No es natural que seamos distintos siendo macho y hembra de una especie? ¿No es natural que existan diferencias fisiológicas y psicofísicas? ¡NO! ¡Tú eres distinta porque eres una golfa! Ofreciste la manzana al primer hombre, tienes tetas que sobresalen y me obligan a mirar abajo, me tientas y, por eso, sangras cada mes. Como castigo. Como posibilidad de redención. Es un recordatorio mensual de que tu único objetivo en este mundo es darme hijos, mujer, y a ser posible que sean hombres para que dirijan el mundo en mi ausencia. Si nos sale niña tampoco pasa nada. Alguien tendrá que hacer las COSAS DE MUJERES. 

El Hombre no sangra, no tiene el tomate, no pasa por el castigo mensual. Y esto significa que, en este mundo edificado sobre un patriarcado extendido y enraizado, TU JEFE NO TIENE LA REGLA. O sea, que quien decide si sigues trabajando o no, quien te paga tu nómina… 1) no es capaz de empatizar con tu ciclos menstruales porque no los sufre ni le importan; 2) No entiende que eso pueda reducir, aunque fuera momentáneamente, tus capacidades laborales (si es que eso llega a ocurrir) y 3) tampoco va a intentar ponerse en tu pellejo y comprender lo que ocurre porque ES ASQUEROSO. 



LA VAGINA PARA UN HOMBRE SOLO TIENE UN USO. Es evidente que todo el mundo sabe que también valen para, entre otras cosas, orinar y parir. Pero lo primero es algo que, salvo fetichismos especiales, se da por sentado que ocurre en privado y que, desde luego, no va a interferir en nuestro día a día. Por supuesto, no vamos a tener delante a una mujer en nuestro puesto de trabajo y vamos a estar pensando, insisto, salvo en fetichismos especiales, en cómo debe orinar, en el color de sus micciones o en cómo o cuanto debe manchar acercase a su lluvia dorada. De lo segundo, del parto, somos conscientes casi del mismo modo. Se sabe que una mujer está embarazada porque se queja más de lo habitual, tiene la barriga más grande y ha reducido considerablemente las posibilidades de tener sexo. SEXO, a eso iba: la única cosa para la que vale una vagina, según un hombre, es el sexo. Meter dentro el pajarito. Pero… imagínate qué asco, pensar que tu compañera de trabajo, propietaria de una de esas tentadoras y pecadoras vaginas, está sangrando durante todo un mes por el sitio donde te apetecería meter el pajarito. ¡Por todos los dioses! ¡Esta golfa me está dando repelús!

Dicho esto, habiendo basado mi discurso en que esto es un mundo de hombres donde El Hombre permite que se hagan COSAS DE HOMBRES PERO PARA MUJERES, que una mujer tenga la regla no es un incordio: es un tabú, un asco, una molestia y, sobre todo, algo que debería llevar en privado como el resto de cosas que su vagina hace y que no tienen que ver con el ñiqui ñiqui. 

Pero bueno… hay algo que falla en toda esta estructura. Resulta que esas mujeres, esas sucias mujeres sangradoras, también son clientes. Porque es un mundo de hombres, sí, pero de hombres de negocios, que nadie lo olvide. Esas sangradoras, sucias, pecadoras mujeres inhabilitadas para la procreación o el sexo por placer, tienen una serie de necesidades que mueven dinero. Y la regla es la más interesante de ellas. Porque, bueno, es obvio que necesitarán algo, no sé, un tapón de corcho, para que aquella cosa asquerosa NO SE VEA. Que ya es suficiente imaginar una vagina sangrante como para, para colmo, tener que ver el producto de su pecado rezumando en su pantalón. Así que necesitan cosas para tapar su vergüenza. Y no solo por el hecho de que pueda llegar a manchar, que es importante. Hay más cosas que se le pueden vender a esta golfa. La regla no solo es manchar. Como hemos dicho, la convierte en una sucia y sediciosa pecadora así que… seguro que se siente mal consigo misma durante esos días del mes. Así que, ya sabemos lo que hay que hacer, atacar su autoestima mermada por el patriarcado machista y falócrata endosándole productos que hagan menos asquerosa su maldita menstruación. 


Y no solo lo haremos por ellas, claro está. También las ayudaremos, fingiendo ser sus mejores amigas, las que le pintan las nubes de rosa durante su periodo, las que le hablamos como si fuéramos amiguitas de toda la vida, las agatasruícesdelaprada de la venta de compresas y tampones cuando, en realidad, somos nosotros, los asqueados hombres de negocios, los que le estamos vendiendo la moto en forma de plantilla devor olor para vaginas. Las queremos hacer sentir de dos maneras. Primero, queremos que se sigan sintiendo mal, porque es lo que les corresponde, como sucias rameras pecadoras y como potenciales clientas, que consumen más cuanto peor se sientan (todo el mundo sabe que lo único que anima a una mujer deprimida es ir de compras o comer chocolate). Segundo, queremos que se sepan discriminadas, porque está de moda el feminismo, la paridad, la igualdad y la fraternidad entre falos y vaginas. Así que, siempre y cuando no saquen mucho los pies del tiesto, la imagen que queremos dar es la de un grupo de “chicas que se preocupan por chicas, porque estamos todas discriminadas”. ¡Somos revolucionarias y nuestra bandera no lleva estrellas ni calaveras, sino tampones, compresas y moon cups! ¡Somos las cheguevaras de la discriminación menstrual! Y somos guays. Hablamos como si fuéramos tontas o tuviéramos doce años (o ambas cosas juntas). Y ahora hay que explicarles a nuestros queridos compañeros de género, al Hombre, qué es eso de la regla para que no se pase el día tocando con un palo a sus compañeras de trabajo. Queremos que sepan que no hay demasiado riesgo y, oye, incluso podemos darles a entender que pueden seguir cortejando a las mozas, acosándolas sexualmente o, incluso, teniendo relaciones íntimas con ellas sin miedo a acabar como Carrie en el baile del instituto. Ah, y sin malos olores. Que ahora, con los nuevos productos, el chirri les huele a coche nuevo. O eso dicen, eso venden, a pesar de que la menstruación no huele salvo en los casos normales de falta de higiene. Y, si son muy escrupulosos, sabiendo que no huele ni mancha y que, para colmo, la chica debe sentirse lo suficientemente humillada y triste como para volverse sumisa, ya encontrará otras técnicas que satisfagan al pobre Hombre que, en caso contrario, tendrá su propio dolor de “”ovarios””. Habiendo más agujeros, ¿por qué iba nadie a preocuparse?

Si las amaiasalamancas son capaces de bucear sin que se les ponga un chivato círculo alrededor del cuerpo en la piscina municipal… ¿qué no podrá hacer en la cama? Y, como ya se ha dicho varias veces, para colmo le enseña a ponerse un tampón en una escena que solo pretende mostrar dos cosas: 

1. Que ponerse un tampón (al menos haciéndolo en una mano, sin sangre ni fluídos de por medio) es algo muy parecido a la atávica escena de meter el pajarito en la cueva. Teniendo en cuenta que además es Amaia Salamanca quien hace el gesto (y no, yo que sé, María Teresa Campos), la mononeurona falocrática relaciona inmediatamente la escena con: “hasta este pibón, que a juzgar por lo que acaba de hacerme es una golfa de cuidado, es accesible para mi gran falo, incluso con la regla”. Es un “me pongo a tus pies también en estos días, soy usable incluso con el periodo, no te preocupes: se va a acabar eso de tener que irte de putas una semana al mes. Yo misma te complazco". La escena del tampón en la mano es una insinuación en toda regla. Es prácticamente lo mismo que si se hubiera puesto la lengua en un lado de la boca y hubiera hecho el gesto de meterse algo en la boca. 

2. Que, como ya hemos dicho varias veces, ni mancha, ni huele, ni deja de ser una mujer objeto. Su regla vuelve a ser algo privado y ajeno al patriarcado. Su regla vuelve a ser lo que es, una maldición bíblica pero, gracias a Dios, alguien ha venido y la ha silenciado de modo que la sufra como tienen que sufrirlo todo las mujeres, en silencio y con sumisión. 


Todo lo dicho puede resumirse, como los mandamientos de la ley de Dios (ese falócrata misógino), en una idea simple: esa sangre es SU problema y yo, de todos modos, soy un buen tío. Hasta le permito tocar la leche y la comida para que cocine para mí. 

Para otro día quizá, tal vez para un segundo artículo sobre este mismo tema, quedan muchas cosas en el tintero. Cosas como la menarquia absolutista o el como la llegada de la menstruación convierte a la mujer en una más de una saga de brujas que se pasa los secretos de generación de mujeres a generación de mujeres. Cosas como regar las macetas con sangre menstrual y algunas otras extrañezas paganas. Cosas que son otra historia y deben ser contadas en otro momento. 

De momento y, a modo de reflexión, lanzo al aire una pregunta que, además de contener el título del post y un doble sentido marca de la casa, da mucho para reflexionar: 

¿a qué coño huelen las nubes?

15 comentarios:

Vórtice Marxista dijo...

Señor@s, se abre la veda. Se aceptan opiniones, aclaraciones, sugerencias y debate. Incluso tolero que me linchen los unos o las otras.

Swi dijo...

Me he quedado esperando una conclusión que cerrase el artículo.

Por otra parte, ¿Por qué no funciona la acciónde "abrir en una ventna nueva" cuando se pincha un enlace con la ruedecita del ratón?

Vórtice Marxista dijo...

Conclusión: la regla es una putada.

A mí sí que me funciona el "abrir en una pestaña nueva". Usando botón derecho y marcando la opción correspondiente.

Desconocía el método de pinchar con la rueda.

Jose dijo...

Menuda mierda. Encuanto a tus opiniones, no a la redacción.

Vórtice Marxista dijo...

Gracias, Jose. Igualmente.

Jose dijo...

Joder tio, pareces un autentico feminista, con todas las connotaciones negativas que esto pueda tener. Qué las tiene, por que anda que no hay por ahí feministas piradas, empeñadas en rasgarse las vestiduras por ofensas imaginarias y descubrir enemigos detras de cada esquina.
No veas como exageras y como conspiranoiqueas (de conspiranoico. Si, un poco bastante forzado).
¿Por donde empiezo? Supongo que por arriba, y sigo para abajo.
Empiezas bien. Un mundo de hombres, que duda cabe, aunque los ejemplos que pones son discutibles, pero eso no es importante.
"Cosas para mujeres". Partes (y defiendes) de la encantadora idea de que hombres y mujeres somos iguales, creo entender, y no es cierto. Nuestros cuerpos no son iguales, y no hablo solo de los genitales y las mamas. Es fisiológico, documéntate. Está estudiado por la ciencia.
Y nuestros cocos tampoco, y también está estudiado por la ciencia. Innumerables situaciones reales, no solo los ingeniosos test diseñados a tal fin. (vi un docu en el que ponían una cámara oculta y una niña encadenada a una farola. Las tias que pasaban se volcaban en hablar con la niña, recabar información, consolarla... los tios directamente se iban a por la cadena y el candado, a intentar soltarla. Conclusión, para mi, que los tios son tontos. ¿Como coño piensas abrir un candado sin la llave? ¡Recaba información! Para el docu: el cerebro de los tios se interesa más por las cosas, el de las tias, por los sentimientos).
Ejemplo de situación real: los tios que mariconean en la cárcel, por aliviarse, oiga, lo olvidan sin más cuando salen. Las tias quedan marcadas y sufren problemas de identidad.
Los hombres y las mujeres, en general, y estudiado, no procesamos igual la misma información, ni reaccionamos igual.
¿Por qué la producción de porno ha sido exclusivamente para hombres durante décadas? Por que el patriarcado falócrata no tolera bla bla bla... dirás tu. Pero el hecho es que las mujeres no se excitan con las mismas cosas que los tios, de hecho, hoy que ya hay porno para mujeres, tiene muy poco mercado. Las tias, en general, no se excitan con IMAGENES de gente follando. ¿Por el condicionamiento psicológico de generaciones y generaciones de represión sexual y bla bla bla? NO. Por que su coco no funciona como el nuestro. Punto.
¿Cuantas amigas tuyas intentaron formar una banda de "rock" de jovencitas? ¿Y cuantos amigos? ¿Me vas a contar ahora alguna zarandaja sobre el control represivo del patriarcado sobre la bla bla bla? ¿O admitirás que, simplemente, las tias y los tios somos distintos?
Por lo tanto, si tiene sentido lo de "cosas para mujeres". Otro asunto es si esas cosas están conseguidas y de verdad llegan, o gustan, a las mujeres o si son producidas con mala intención, o segundas intenciones, o lo que quieras.
A parte el tema de la terminología. De si es correcto según en qué casos el uso de la etiqueta "para mujeres". En eso no estoy tan en desacuerdo con tigo.
Y llegamos a lo de la regla. Qué grandísima ida de olla, primo, totalmente conspiranoica!
"Miedo, inseguridad, ostracismo" ¿De qué siglo me estas hablando? A ver, seguro que sí, que en MUCHAS mujeres provoca algo así, más o menos. Pero ¿CUANTO? No tanto como para no poder vivir con ello, verdad? ¿Que me dices del que está acomplejado por que es bajito? ¿Ese no te da pena? No, y a mi tampoco. Puede vivir con ello, verdad? No se va a suicidar.
ERES UN ESAGERAOOOOO!!!!

Jose dijo...

"El Hombre, no pasa por ese periodo; no tiene el tomate. Y eso te convierte, mujer, en alguien DISTINTO" Disiento. Lo que convierte a la mujer en algo distinto, a parte, ante el hombre no creo que sea la regla. Es TODO. También la regla. El problema no es que el hombre vea a la mujer como algo distinto, que lo es. El problema es que la vea como algo a parte. El problema para la mujer es el ser apartada, recluida en el gineceo.
Ellas, amigo mío, también nos ven como algo distinto.
Y tienen razón.
"¡NO! ¡Tú eres distinta porque eres una golfa! Ofreciste la manzana al primer hombre, tienes tetas que sobresalen y me obligan a mirar abajo, me tientas y, por eso, sangras cada mes."
Enga ya. No te digo que no queden catetos con una visión del mundo y de la mujer por el estilo, pero no creo que sea ni de lejos generalizado. ¿Como? ¿Que te estas refiriendo a un sentir subsconciente que subyace enterrado en lo profundo de la psique masculina? Si, sin duda, en lo profundooooo, muyyyyy profundooooooooooooooooooo.
Que no tio, que no veas como exageras!
Y el problema con tu jefe no es que no tenga la regla, es que quiere productividad. Es injusto, estoy de acuerdo, pero a tu jefe, si rindes menos, NO LE IMPORTA EL MOTIVO, no empatiza, no se pone en tu situación. Pero no por que él no tenga la regla, si no por que QUIERE BENEFICIOS.
Compadre, mi jefe conoce las lumbalgias, pero si yo rindo menos un día por que tengo dolor de espalda, me putea igual. ¿A ti los jefes que has tenido te han demostrado siempre mucha comprensión? A mi, unos más y otros menos.
Existe, eso si, el prejuicio sobre el rendimiento de la mujer en el trabajo. Prejuicio, por otra parte, acertado en muchos casos: Si el hijo se pone malo, suele ser ella la que falta al curro para cuidarlo; algunas también cuidan al ancian@ padre o madre; Y cuando una pareja decide tener hijos, suele ser ella la que se queda preñada y se pone de baja.
No digo ni de coña que sea justo, pero es cierto en muchos casos.
Siglos de tradición, religión y finalmente simple costumbre han dejado establecido que los hombres TIENEN QUE TRABAJAR, mientras que, gracias a los logros de la lucha feminista, en las últimas décadas las mujeres PUEDEN TRABAJAR.
Es un matiz importante. Tanto a la hora de decidir quien falta al curro para llevar al niño al medico, como en muchos oros casos. Que trabajen los dos está bien. Que trabaje él, también. Que trabaje ella, y él no... Que vergüenza! Que tenga que mantenerte tu mujer!
Así que el machismo no solo perjudica a la mujer, eh? jajaja.
Y no debería mencionar una encuesta realizada durante siete años nada menos en una empresa donde el 99% de empleadas eran mujeres. (CATSA. La encuesta que menciono es en realidad la experiencia de mi chica en su trabajo, durante siete años) Abundaban las trabajadoras que consideraban que lo suyo era solo una ayudita a la economía familiar y en cuanto podían, por cualquier motivo, se ponían de baja o hasta dejaban el curro para dedicarse a "sus labores".
Y me estoy hiendo por las ramas. Estábamos con la regla.
Tio, la imagen desorbitada que das de la fobia masculina a la menstruación es eso, desorbitada, EXAGERADA. A más no poder. Desquiciada!
Te informo que a algunos, y a algunas, no les importa follar con la regla. A otros y a otras, si. Hay de todo.
Lo de que para el hombre, la vagina solo sirve para una cosa... pues mira, con el tono que llevas desde bastantes líneas antes, suena terrible (por que todo suena terrible, tal como lo pones) Pero mira, primo, para mí, subjetivamente, la vagina solo servia para una cosa: si, FOLLAR (Oooooh! Que machista y que malo soooooy!)
Con el tiempo he aprendido a apreciar su otra utilidad, la de conducto del parto.
Y si para TOOOOOOODOS LOS HOOOOOMBRES! como tu pretendes, la vagina solo sirve para una cosa, que quieres que te diga, no me parece que tenga nada, NADA, de malo. N-A-D-A. Lo importante, amiguete, es que para los hombres, LA MUJER sirve para muchísimas cosas (muchas buenas y algunas no tan buenas, XD)

Jose dijo...

Mi culo solo sirve para una cosa. ¿Tiene eso algo de malo?
Así que, como digo, hoy se que la vagina sirve para dos cosas. DOS. Porque, so pedazo de paleto ignorante, LAS MUJERES NO MEAN POR LA VAGINA. Para eso tienen otro conducto (y otro agujerito). Son anatómicamente más limpias que nosotros.
(Y espero que no me contestes que estabas usando "vagina" para referirte a todo el cacharro, por que entonces si que te mato!)
Qué mierda de redacción estoy haciendo, eh? Estoy muy cansado y me quiero ir a dormir, así que voy a terminar como tu, con lo de la publicidad. Y seré breve.
El capitalismo está por encima, muy por encima de todos esos tabúes y paranoias que describes. El capitalismo quiere VENDER. Los (y las, no lo olvidemos) creativ@s que idean los anuncios de la tele, me juego la polla, no están pensando en reprimir y avergonzar a la mujer, ni en que los hombres, (que no compran compresas ni aunque su mujer se las pidan) piensen que se pueden follar a las tias con la regla (eso, algunos ya lo pensamos). L@s creativ@s en lo que piensan es en vender el producto. Las empresas se gastan millones y millones, no exagero, de euros en publicidad, y no es para perpetuar el sistema falócrata-patriarcal ese tuyo, es para conseguir muuuuuchos más millones! Para vender!
Si los anuncios de compresas resulta que no gustan a un importante numero de espectadores, pues mire usted, estarán mal ideados! O quizá no tanto, por que si al final venden...
Tio, te has puesto y has hecho tu interpretación de uno o varios anuncios de compresas, y deberías saber que las interpretaciones son un terreno muuuuuy resbaladizo. Si quiero, con un poco de imaginación, yo puedo hacer mi interpretación de los mismos anuncios y que suene igual de lógica y coherente alcanzando conclusiones totalmente distintas. Puestos a hacer interpretaciones, podemos sacarle el significado más retorcido a la canción infantil más inocente.
Tu discurso es alarmista, retorcido y conspiranoico.
Yo comparto la opinión de que existe un sistema patriarcal machista mantenido de forma, casi siempre, inconsciente por casi todos los hombres y muchas mujeres. Otro día podemos comentarlo a fondo. Pero como tu lo pones, no.

Vórtice Marxista dijo...

Aunque esté de acuerdo, Jose, con algunos de los puntos de tu respuesta (poquitos, a decir verdad, pero será que el tono que has usado para conmigo me impide poder estarlo en más), en realidad TODO lo que has dicho se puede rebatir de un modo bastante sencillo:

-Hay diferencias físicas y psicológicas entre hombres y mujeres. Eso es cierto. El problema es que muchísimas de esas diferencias no deberían existir y, sí, como bien has dicho, son propiciadas por un patriarcado machista que existe desde siempre y que se ha enraizado tanto en la sociedad humana que impide a gente como tú y como yo (sobre todo a gente como tú) darse cuenta de qué es machismo y qué no lo es.

Por lo demás, está científicamente demostrado que el machismo está tan intrincado en nuestra sociedad que es imposible curarlo sin tomarlo tan en serio como se merece.

Y, claro, igual que hay interpretaciones distintas para cada cosa, como bien dices... pues también hay estudios científicos que demuestran prácticamente lo que a uno le dé la gana. Una de las cosas que más coraje me han dado a lo largo de mi vida son las personas que en una discusión usan la frase "está científicamente demostrado" o, aún peor, la que has usado tú también: "documéntate". O sea, das por sentado que estás más documentado que tu interlocutor basándote exclusivamente en que no estás de acuerdo con él. Y me da tanto coraje esto porque, tal como has hecho tú, los que dicen eso de lo "científicamente demostrado", como tú, nunca jamás aportan a su discurso los datos contrastables y revisables de esos estudios científicos de los que hablan. Solo dan por sentado que existen, como si eso zanjase una discusión por sí solo. Recuerdo el típico "está científicamente demostrado que existió Jesucristo, al menos como persona. Que fuera hijo de Dios no lo sé, pero está demostrado que existió históricamente". FALSO. Que venga una sola persona en la faz de este planeta con UNA SOLA PRUEBA que demuestre la existencia histórica de Jesús de Nazaret.

Pues como con eso, con todo. "Está científicamente demostrado que tal y que cual". Estupendo, déjame ver esos estudios. Documéntame, ya que eres más sabio que yo, o al menos, por lo que parece, más científicamente al día.

A mí, por ejemplo, se me ocurre un ejemplo de estudio científico que a priori parece una tontería, porque los hay para todo:

Según un estudio científico publicado en la revista Science, en su número del 13 de abril de 2012 (hace poquito, fíjate), los babuínos (Papio papio), ya sabes, monos, son capaces de aprender ortografía sin necesidad de tener conocimientos previos del idioma. O sea, demuestran que hasta los monos son capaces de aprender a usar el idioma sin faltas de ortografía.

Aquí el enlace al artículo. Está en inglés, pero es precisamente en ese idioma con el que aprendieron los babuínos y si un primate puede, supongo que nosotros, tan sabios, no tendremos pega en leerlo:

http://www.sciencemag.org/content/336/6078/245

¡Ea! ¡Un abrazo!

Jose dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jose dijo...

Vórtice, me disculpo por el tono de mi discurso. Me lancé con demasiado entusiasmo a escribirlo y lo colgué sin revisarlo ni recapacitarlo. Me doy cuenta de que me he pasado. Quería usar un tono burlón y de confianza (mucha), no pretendí en ningún momento ofender ni atacar, pero entiendo que lo parezca y lo lamento.

Tienes razón en lo de "científicamente demostrado", es demasiado gratuito. Y es cierto que hay estudios científicos para todos los gustos.

Yo creo que entre los seres humanos hay diferencias incontables, tanto de individuo a individuo como de colectivos, sexos, nacionalidades, culturas... Y creo que algunas de estas diferencias no son fruto del entorno, si no inherentes al individuo o al colectivo de forma, como decirlo, ¿física? ¿anatómica? Cuestión de procesos químicos, hormonas, etc. Que nos afectan, o influyen, en nuestro modo de pensar y actuar, pues, por más que queramos, no somos tan racionales como nos gusta creer.

De modo que defiendo que las personas no somos iguales. Y me apresuro a añadir que eso NUNCA es motivo para despreciar, discriminar, someter ni exterminar a nadie. Somos personas. Somos iguales en eso. Ya está. Jamás te despreciaré por ser rubio o no saber dibujar.

Yo hace mucho que tengo contacto con esas teorías feministas pseudo científicas sobre el patriarcado y todo eso. En general me gustan, y estoy de acuerdo con algunas, y con otras no tanto. Me parece que van bien encaminadas, pero que adolecen de falta de rigor científico. Las considero, más que científicas, filosóficas, o filosófico-científicas, como "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado" de Engels (aunque más avanzadas!). Para llevarlas de la filosofía a la ciencia haría falta una buena inversión de recursos y cerebros que por desgracia no me parece que nunca se valla a dar. Lo que tenemos hasta ahora son cabezas pensantes preocupadas con el tema, con acceso a un procesador de texto, y muy pocos estudios serios, para mi gusto.

Mi problema con tu artículo es, en primer lugar, el tono alarmista. Y después, que aunque la idea es acertada, creo que exageras. El tono de tu redacción provocó el de la mía. Me empujó hacia el otro extremo. A mí, el cura subido al pulpito desgañitándose y escupiendo al describir los sufrimientos que nos aguardan en las llamas del infierno si no somos buenos cristianos, me deja cuando menos, indiferente. A mí explícame las cosas con tranquilidad y de modo racional, sin intentar provocarme una respuesta emocional.

Vi hace tiempo un documental que explicaba que el petróleo se va a acabar en nuestro planeta y como esto acabará con el mundo tal y como lo conocemos (volveremos a la época del lejano oeste, a tener que ir al pozo a por agua, eso tras un periodo de hambruna global). Estaba expresado de la manera menos alarmista posible, y me heló la sangre.

En fin, tío, me disculpo por haberte ofendido, y te felicito con total sinceridad por la sutileza y elegancia con la que metes lo de los monos que aprenden ortografía. Cuando alguien me ofende, mi primera reacción suele ser plantearme qué habré hecho para provocarlo. La segunda, la que tiene todo el mundo.

P.D.: Con todo, si yo tuviese un blog, apreciaría que la gente lo comentara, aunque fuesen comentarios negativos, por que eso significa que lo leen.

Un abrazo.

Vórtice Marxista dijo...

No hay ofensa alguna. Sólo he querido hacerte ver que te habías pasado un poco en las formas. De todos modos mi primer comentario incitaba al linchamiento, así que... qué me esperaba. Culpa mía.

Discutiremos este tema birras mediante.

Y por supuesto que agradezco tus comentarios (aunque tengas tanta mala leche últimamente cada vez que me hablas) y, sobre todo, que te tomes tu tiempo en leerme. Un honor y un privilegio.

No he tenido mucho tiempo estos días, pero espero, de todos modos, responder a todos tus comentarios de un modo más exhaustivo. Analizando lo que has dicho y respondiendo punto por punto, como te has molestado en hacer tú.

Un abrazo!

Swi dijo...

Después de leer unas argumentaciones tan largas, tengo una sensación de pereza mezclada con una "abrumación" absoluta, coñe, que creo que yo no escribo tanto... o que ando desentrenado.
Me centro. No voy a entrar en lo de las formas, porque eso sólo os concierne a vosotros. Sobre el artículo inicial ya comenté que no veía que tuviese una conclusión.
Sobre los puntos de vista, casi que me acerco más al de José, aunque también comparto el rechazo de Ilra hacia los argumentos "según un estudio científico", que es equiparable al antiguo "lo han dicho en la tele" que ahora es "lo he visto en internet".
Por otra parte, sólo hay una persona capaz de inventarse una cita, autor y publicación y que quede de lo más creíble en medio de un debate. Ilra sabe de quién hablo.
Mi conclusión es que sigue habiendo mucho machismo, que incluso está alimentado por las propias mujeres y que mientras no seamos conscientes de que no somos iguales -pero no por ello superiores o inferiores- la cosa no va a cambiar demasiado. Y no creo que cambie, porque por encima de eso están los intereses económicos, comerciales o como los queramos llamar.

Hika Thoreau dijo...

Es la primera vez que te leo y... sinceramente, me ha encantado. Gracias por llenar de humor un tema que de comico no tiene nada y que debería hacernos reflexionar a todos.

Por lo demas, Jose, no te conozco, pero haztelo mirar hijo.

Vanesa dijo...

"pareces un feminista, con todas las connotaciones negativas que esto pueda tener" Bien, Jose, tu pareces, bueno no, ERES un machista con todas las connotaciones negativas que esto tiene.

Solo una cosa, que no tengo tiempo de hacer una tesis: alguna vez has pensado en la educación distinta recibida según sexo, que determina la mayor parte de esas diferencias ni biólogicas que has mencionado? O la biología es determinista pata todo, incluso para que te mole o no el rock? Espero ansiosa tu comprobación científica, seguro que encuentras una.