miércoles, 16 de junio de 2010

más allá que pacá #1

Juanito Cantueso, 
el niño mapache de Valdegrabanzos

Hoy en "Más Acá Que Pallá" les traemos una historia de lo más inquietante. La historia de Juan Cantueso Borgoña. Juanito Cantueso o, como se le conoció en toda España a finales de los 80, Juanito, el niño mapache de Valdegrabanzos.


A mediados de los 80, la familia Cantueso Borgoña, de la localidad asturiana de Valdegrabanzos, experimentó una de las mayores tragedias a las que pueden enfrentarse unos padres. Perder a uno de sus hijos en mitad del monte. Este hijo, Juan, Juanito, como le llamaban todos, de tan solo ocho años de edad, estuvo desaparecido en los casi selváticos bosques de "El Pazo de los Juansebastianes" nada más y nada menos que veinte años. Su familia, junto con la Guardia Civil, los bomberos, los guardabosques y un hatajo de cretinos que no tenía nada que hacer, lo estuvo buscando incansablemente. Las labores de búsqueda fueron titánicas, faraónicas, mastodónticas... pero no se halló ni rastro de él en, como decíamos, dos décadas enteras, hasta que, de pronto, una mañana de julio de 2005, Juanito regresó. Había vivido sólo en mitad del monte, a merced de las inclemencias del tiempo y, de repente, tal como se fue, allí estaba, parado en mitad de la puerta ante los atónitos, y sin embargo estrábicos, ojos de sus padres. Lo primero que dijo cuando lo vieron fueron unas inquietantes palabras. Un espeluznante ensalmo del que aún hoy no tenemos explicación. Juanito Cantueso, el niño mapache, dijo:
Omá, ¿qué hay de merendar?
 Pero la historia de Juanito está cargada de incógnitas. Muchas cosas acaecieron a su alrededor durante esos veinte años. Pasó por mucho. Y su familia también. Los fenómenos extraños que rodean este caso lo convierten en uno de los favoritos de El Mal Karma.
     Todo comenzó la mañana del 20 de abril de 1985, minuto arriba, minuto abajo, cuando Eutanasio Cantueso, padre de Juanito y de profesión borrachuzo, decidió llevar a su mujer y a sus tres hijos de excursión por el monte del "Pazo de los Juansebastianes". Poco imaginaba aquél buen hombre, que la mañana que había empezado con cuatro copazos de anís iba a terminar con cuatro barriles de desesperación y tristeza. 
La familia, formada por Eutanasio, Maria Nazaret de las Angustias, el pequeño Juanito y sus dos hermanos mayores, Rodulfo y Estanislao, abandonó el confort de su chabola de uralita a eso de las seis y media de la mañana. Con la excusa de hacer un pirni de esos modernos con los dos cartones de vino peleón y los dos mendrugos que sobraron de la nochebuena (mojados con saliva para que estuvieran más blanditos), acamparon, a eso de las siete y media, en el bonito paraje conocido por los valdegrabancuences como "El Salivajo del Diablo"; una profundísima garganta con una profusa catarata en lo más bajo. Lugar muy apreciado por los pescadores de altura y los suicidas resecos y con fama de encantado*.
Según contaba el padre de Juanito a una revista de la época:
"Si fueramo sabío lo que iba a pasar nos fueramo quedao en la casa, que yo nunca he sio de comé en el campo, sabeusté, que luego te se llena de hormiga la ensaimada y no se pué está. Pero, vamo, que fue un disgusto mu gordo. Tenían que sé aprocimadamente las doce la mañana cuando er Juanito sesfumó. Yo pienso de que se pudo caer por la barranquilla pabajo, sabeusté. Pero, nos llevamo como cuatro hora gritando su nombre por tol monte y na. Bueno, mi mujé no gritaba, que ella padece de la tensión y no se pue liá a pegá grito que se pone mala. Pero gritamo to los dema. Yo pienso de que no nos escuchó porque estaría cociente o medio muerto de la caía."
Inconciente o medio muerto de la caída. Las palabras de un padre que desde un principio se puso en lo peor. Pero, ¿qué pasó en realidad aquella mañana?
Hoy, veinticinco años después deque Juanito, el niño mapache de su desaparición y posterior vuelta a casa, ese y otros muchos interrogantes aún están por resolver. ¿Es cierto que a Juanito lo crió una familia de mapaches? ¿Cómo es posible que además de a sobrevivir en la jungla le enseñaran trigonometría y historia del arte? ¿Quién era esa serpiente que Juanito afirmaba haber tenido como compañera de tute todos los años que estuvo viviendo en el monte? ¿Es cierto que durante la desaparición de Juanito, en casa de los Cantueso Borgoña se aparecía una fantasma vestida de blanco que vacíaba todas las botellas que contenían alcohol y dejaba en muy mal estado al padre de familia con sus poderes de súcubo? Y lo más espeluznante... ¿qué significaban los dibujos que Juanito, el niño mapache de Valdegrabanzos, dibujaba a todas horas cuando regresó al seno materno?
Juanito describía los dibujos para la psicóloga asturiana y sin embargo te quiero, Yolanda Valbuena de Cózar. Pero sus explicaciones eran más inquietantes aún que cuando estaba calladito y con cara de Mowgli. ¿Qué era esa figura peluda, alta y de pies enormes que parecía señalar al niño mapache cuando, según él decía, jugaba con su amigo Papa Mapache Junior? ¿Había nubes de metal que volaban, hacían ruido de turbinas y abducían a "los animalitos que se portaban mal" en el Pazo de los Juansebastianes? ¿La serpiente, a la que Juanito siempre llamó Señora Tapergüer, era en realidad una serpiente enorme que bailaba en el monte como si fuera la boa de una cabaretera?
¿Desde cuando en los bosques de Asturias hay lianas del tamaño de tuberías? ¿Por qué los árboles parecen Pacman ensartado en un palillo de dientes? ¿Quién o qué es eso que parece saltar lleno de rabia y ahíto de maldad mientras dispara a Juanito con lo que sin duda parece un arma de alta tecnología? Pero el peor de los dibujos de Juanito que la psicóloga tuvo que analizar es el siguiente. Según ella misma publicó en el libro que le valió el premio Punisher de psicología y la retiró de por vida de mover el espinazo para algo más que agarrar el daikiri, "Juanito, el niño mapache. ¿Fraude o mentira?", el dibujo que veremos a continuación surgió cuando, sin razón aparente, el niño puso los ojos en blanco. El dibujo es una muestra bastante interesante de "escritura instantánea":

 De las charlas con la psicóloga y el libro se colije que Juanito, el niño mapache de Valdegrabanzos, tuvo una convivenca con la naturaleza de la que ya existen precedentes, tanto en nuestro país como en el sucio extranjero. Juanito, según contó, fue criado y educado por una pareja de hecho de mapaches, creció jugando con una serpiente que le hacía los deberes cuando no le daba tiempo a él mismo y vivió auténticas aventuras de película con seres dificiles de imaginar. 





Hoy en día, Juanito Cantueso, el niño mapache de Valdegrabanzos, dilapida la fortuna adquirida por los drechos de imágen de la infinidad de documentales, libros, panfletos y óperas que se han realizado de su vida. Regente su propia empresa de Publicidad Engañosa desde la mansión victoriana que comparte con la que fue su psicóloga cuando volvió de la jungla, actualmente su esposa y madre de dos de sus hijos. Uno de ellos, se dice, un mapache.

Pero una última incógnita antes de despedirnos, queridos amigos, visitantes del Museo del Más Allá Que Pacá. ¿Qué significaban las extrañas palabras que tenía escritas en la etiqeuta el taparrabos que confeccionó para Juanito un topo del monte, única prenda que vistió en veinte años? Quizá, proveniente de un juego de dimensiones extraño y lejano, aún pueden leerse esas palabras, en la vitrina del British Museum of Ugly Things donde se expone la prenda:
"Estuve en el Zoo y me acordé de ti"



* La fama de encantado le viene al lugar porque en las cuevas que existen a lo largo del barranco acuden muchas parejas a ... digamos, conocerse a fondo. Los gemidos gozosos provenientes de las cuevas fueron interpretados por los lugareños como "cosa de fantasmas". Lo de "encantado" viene de uno que lo oyó y dijo "joé con el barranco, parece que está encantado... encantadísimo".


1 comentario:

Virginia dijo...

Es una lástima que nunca podamos saber la verdad completa sobre este caso espeluznante. Iker Jiménez dice que no hace el programa el domingo, que está traumatizado por esta revelación ignota e inquietante.